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Por qué invertir en Perú

Situación Económica

Lima Peru

Las perspectivas de crecimiento son positivas, y dadas al alza; estás estarán impulsadas principalmente por la demanda domestica[4] y por la inversión en el país (PBI crecerá un 5.6% y para el 2013 se espera que sea 5.2%)[1].

Para el 2012, se proyecta que la economía Peruana sea la tercera de mayor crecimiento en América Latina y la primera en Sudamérica; y ello se explica como ya hemos mencionado, por la demanda doméstica, por la mejora de los indicadores laborales y por el aumento del crédito[5]. Esto conlleva favorablemente al auge de una nueva clase económica, la denominada “clase media”, que cada vez es más joven y que cuenta con mayor poder adquisitivo[6]. En lo referente al pago de los  Impuestos, en el Perú son bajos comparados a la media de la Región[5].

Desglose del PBI

Consumo privado

El gasto de los hogares se ha mantenido boyante este 2012, siendo un apoyo relativo para el crecimiento del sector privado del crédito, el crecimiento de la oferta de dinero y la fortaleza de la moneda. Estos factores aportarán 4.1 puntos porcentuales al crecimiento del PBI.

El país ha visto beneficiado en cuanto al creciente tamaño de su mercado y consumo interno; ello se refleja en el aumento del consumo privado en un 6.4% durante el 2011 en comparación del año anterior[5].

Inversión Fija

La inversión en Perú fija ha crecido pese a los crecientes riesgos; se ha visto favorecida por los estímulos fiscales, por el crecimiento en el sector de la construcción. Esto habrá contribuido en un 2.7 puntos porcentuales al crecimiento del PBI. Moddy’s ha mejorado la calificación del país situándola en Baa2, lo que generará el incremento del interés por invertir[7]. Posee un clima de negocio estable, por lo que en el Ranking Doing Business tiene la posición 43[8].

Consumo público    

La estimación del gasto público es que debería incrementarse modestamente en los siguientes años. Pudiendo aportar un 0.5 puntos porcentuales al crecimiento del PBI en el 2012.

Exportaciones

Durante el año 2011, las exportaciones de productos no tradicionales se han incrementado en un 34.2% con respecto al 2010. Las expectativas de cara a los años siguientes en las exportaciones son negativas, dado el enfriamiento de la economía China (principal destino de las exportaciones de minerales). En el 2012 se espera que las exportaciones contribuyan negativamente con 1.5 puntos porcentuales.

Análisis FODA

  • Como fortaleza, se puede mencionar el fuerte crecimiento del PBI, este crecimiento ha sido impulsado en parte por la demanda interna [4], la introducción de reformas impositivas que repercute en el saneamiento de las cuentas públicas; esta posición fiscal se espera sea un punto clave para la economía en el largo plazo. Además, el grado de inversión extranjera en el Perú, se espera que se establezca en el largo plazo.
  • Como debilidad, la excesiva dependencia de su balanza comercial con los commoditys (minerales) ya que se espera que los precios de estos caigan (el enfriamiento de China); la infraestructura inadecuada y las limitaciones de capacidad podrían socavar los niveles de producción a mediano plazo.
  • Oportunidades, el esquema de privatización de varias empresas estatales en varios sectores, debe de ayudar a contribuir con el mercado financiero y minimizar el riesgo que tiene con la minería con el mercado de valores.
  • Amenazas, la división social dentro del Perú amenaza a la economía de diferentes maneras, la intensificación de huelgas podría afectar el crecimiento; Y un congreso dominado por la oposición podría presionar a la administración a un mayor gasto. Además, el final del boom exportador del Perú a consecuencia de una débil demanda global amenaza con exponer los desequilibrios estructurales del país[2].

La Tabla 2, muestra los principales indicadores de la economía peruana, así como estimaciones futuras.

Tabla 2: Actividad Económica, 2011-2016

Variable 2011e 2012f 2013f 2014f 2015f 2016f
PBI nominal, PENbn[2] 486,5 534,1 562,0 610,7 666,0 722,2
PBI nominal, US$bn[1] 176,7 203,5 209,7 222,1 240,4 262,1
Crecimiento Real PBI, % cambio a-s-a [2] 6,9 5,6 5,2 5,4 5,9 5,5
Población, mn[3] 29,4 29,7 30,1 30,4 30,8 31,1
Indice producción Industrial, % a-s-a, prom[5] 6,9 4,5 3,5 3,8 3,6 3,5
Desempleo, % fuerza laboral [1,5] 7,9 7,0 7,3 7,2 7,3 7,1

 Notas: e estimaciones, f previsiones. 1 tasa desempleo Lima. Fuentes: 2 BCRP; 3BCRP/BMI; 4 Banco Mundial/ONU/BMI; 5 INEI

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6 COMENTARIOS

  1. diciembre 27, 2012 12:14 Responder

    Hola Alejandro,
    pues el sistema judicial siempre se podrá mejorar, y de todas maneras la corrupción es un mal endémico en países como el nuestro, no la intento justificar, faltaría más. Esperemos que la bonanza económica traiga consigo una mejora a nivel cultural para todos nosotros.

  2. Alejandro
    diciembre 27, 2012 01:37 Responder

    En pocas palabras, respecto a los jueces, son corruptos, dejan salir a los criminales peligrosos y lo peor y más grave de Perú aparte de su corrupción es su inseguridad para la «persona de a pie» y también mucho que hay es la extorsión a personajes públicos y empresarios

  3. diciembre 13, 2012 13:51 Responder

    Hola Quiñones,

    Primero agradecerte por el comentario y aportación que nos haces; resultas bastante ejemplificador y crítico en lo referente a los juzgados comerciales.

    Nosotros desconocedores en gran parte de la situación de los juzgados y la burocracia Peruana a estos niveles (en parte por nuestro perfil profesional); nos ha sorprendido bastante las incoherencias en los procesos, el nombramiento de los jueces, y la poca efectividad del sistema; nos abres todo un mundo de posibilidades para investigar en el tema y para poder ofrecer al ciudadano de a pie, cuáles son las mejores opciones cuando tenga que enfrentarse a estas situaciones, o sencillamente conocer cuáles son los procesos, etc.

    Es por ello, y dado que nos mencionas que tienes la experiencia suficiente, que nos gustaría invitarte a compartir tus conocimientos en lo refente a estos temas en este espacio que tenemos, el derecho es una pieza importante para cualquier emprendedor, y bastante escazo el conocimiento práctico.

    • Quiñones
      diciembre 13, 2012 17:49 Responder

      ¡Encantado!

      No sé si mi experiencia sea suficiente, pues constantemente aprendo cosas nuevas. Sólo en el 2012 he aprendido lecciones que me han permitido ayudar a varios clientes a evitar problemas, que es el principal enfoque de mi práctica profesional.

      Pero no estamos aquí para hablar de mi, sino para contribuir de alguna manera en educar al ciudadano de a pie, como bien lo describes, y a nuestros colegas extranjeros que buscan una contraparte confiable en el Perú para fomentar la inversión extranjera.

      Permíteme compartir contigo y tus lectores una situación reciente. Recibí la llamada de un empresario australiano, muy mortificado porque compró maquinaria pesada (para minería) a un proveedor peruano. En base a un intercambio de correos electrónicos y una factura proforma (también electrónica), el empresario australiano transfiere una cantidad significativa de dinero que le requirió el proveedor peruano como pago inicial para atender su pedido. Después de dos meses, el australiano no tenía noticias de su pedido. Sus insistentes correos electrónicos pidiendo el embarque de la maquinaria adquirida o el reintegro del monto del pago inicial fueron respondidos por mensajes dilatorios. El inglés pobre de su proveedor peruano tampoco ayudó mucho para apaciguarlo.

      El monto del pago inicial fue menos de US$20k. Ciertamente, una suma importante (o, como dirían nuestros paisanos «no es ningún sencillo»). Pero, ¿valía la pena incursionar en una acción legal en la vía judicial, ante la ausencia de un contrato formal que estableciera las reglas claras de la transacción comercial? En mi modesta opinión: no; aunque estoy seguro de que otros abogados hubieran dicho que si.

      Ante la falta de pruebas físicas («¡papelito manda!») de la relación comercial (sólo habían mensajes de correo electrónico), le ofrecí al australiano enviarle una comunicación por conducto notarial (incorrectamente conocida como «carta notarial» por muchos), sin costo para él. Por un lado, la comunicación surtió efecto porque al contestarla, el proveedor peruano reconoció expresamente la existencia de la deuda, lo que podría considerarse como un elemento esencial que serviría para iniciar la acción legal destinada al cobro. Sin embargo, conociendo a nuestros magistrados, sabíamos que no sería suficiente el reconocimiento de la deuda por conducto notarial.

      Estábamos conscientes de que era muy posible que en el «sorteo» de asignación de juzgados comerciales se nos hubiera asignado un juez preparado y conocedor de temas de transacciones comerciales internacionales basadas en la confianza y la buena fe. Pero el costo asociado con iniciar la demanda, independientemente de los honorarios, no justificaba este juego a la «ruleta rusa». Incluso intenté delegar el caso a colegas que pudieran estar interesados en llevarlo por un honorario menor al que yo cobraría para estos casos, pero todos coincidieron en que las pruebas no eran lo suficientemente contundentes como para asumir ese riesgo, incluso fijando un monto de honorarios que no dependiera del resultado.

      Finalmente, en el intercambio de comunicaciones con el proveedor peruano, éste se comprometió a devolver el dinero, según sus posibilidades de caja (en otras palabras «me gasté el dinero y te lo pagaré cuando pueda»). El empresario australiano se despidió de mi deseándome una feliz navidad, castigando su acreencia como incobrable, y diciendo que «nunca más hará negocios con proveedores peruanos porque no son de confiar.»

      Esa última frase me molestó, no sólo por el hecho de calificar a empresarios peruanos como incumplidos (aún cuando sabemos que hay muchos), sino porque este empresario australiano «no hizo su tarea» antes de hacer negocios en otro país. Perú, Chile, China; no importa. El primer paso para hacer negocios internacionales, creo yo, es familiarizarse con la cultura. Segundo, familiarizarse con la economía y finalmente con las leyes.

      No podemos llorar sobre leche derramada, reza el popular dicho, pero en mi modesta opinión, el empresario extranjero debe primero consultar con un abogado sobre cómo estructurar este tipo de relaciones comerciales internacionales. Naturalmente, esperemos que tenga la suerte de consultar con un abogado probo y honesto que pueda anticipar sus necesidades y sepa guiarlo sólidamente para concretar sus negocios con el mínimo riesgo posible. En dos palabras: due diligence (debida diligencia)

      • Technancial
        diciembre 13, 2012 18:20 Responder

        Hola Quiñones,

        pues vaya problema en el que se metió el pobre australiano; ya las relaciones en el comercio internacionales son difusas cuando se tiene cuidado; qué se puede decir si realizas un negocio como el que nos cuentas.

        La verdad es que el legado de la cultura latina que tenemos no es el mejor, sin embargo, no quiere decir que no existan empresarios correctos en el Perú y a los que debemos apoyar para fortalecer la clase media que necesitamos se afiance en el país.

        Te dejamos nuestro correo (technancial@gmail.com) por si quieres ponerte en contacto con nosotros, te hemos enviado un mail a la cuenta que introduciste para los comentarios. Estamos en contacto…

  4. Quiñones
    diciembre 13, 2012 09:39 Responder

    Esta vez con un comentario no relacionado con la tecnología.

    Muy interesante tu artículo y espero que sirva como buen punto de partida para más inversionistas extranjeros. Como abogado en ejercicio, aunque no tanto el tema procesal, veo que la creación de Juzgados Comerciales (o cortes, para beneficio de nuestros amigos extranjeros) no ha hecho mucho por aliviar la carga procesal. Tampoco ha facilitado el acceso a una rápida administración de justicia.

    Lo cierto es que la creación de los Juzgados Comerciales, en reiteradas oportunidades (y lo digo por experiencia propia) ha servido para dilatar y dificultar el acceso tan deseado a la rápida administración de justicia. Y todo porque algunos (no todos, debemos reconocerlo) jueces comerciales no están adecuadamente preparados.

    Ejemplo claro: al recibir una demanda de naturaleza comercial, los jueces comerciales la califican como una demanda de naturaleza civil. Muy bien. El juez conoce el derecho y nosotros los abogados debemos ser respetuosos de ese principio procesal. Sin embargo, acatando la decisión de ese juez comercial, dirigimos nuestra demanda al juez civil (creo que ya sabes a dónde voy con esto). Efectivamente, al recibir nuestra demanda (debidamente editada y revisada para que sea aceptada por él) el juez civil la revisa, la califica y decide no aceptarla. ¿Por qué? (Prepárense) ¡Porque en su opinión es una demanda de naturaleza comercial!

    No hay que ser ignorante de la abogacía para sentir la frustración que los abogados sentimos al encontrarnos en este tipo de situaciones (¡y qué decir de nuestros clientes que se indignan, con mucha razón, por la explicación y por la demora!).

    Los clientes preguntan, ¿y cuál es la alternativa? Arbitraje; costoso, oneroso, «difícil» (dirían algunos abogados que no han tenido experiencias en arbitrajes). Pero en los últimos años han surgido centros de arbitraje más accesibles. Atrás están los años en que cuando se hablaba de arbitraje, quienes lo hacían se limitaban a referirse a los centros de arbitraje de la AmCham (muchas veces preferida por inversionistas estadounidenses, ante la imposibilidad de llevar la solución de sus controversias a cortes o centros de arbitraje en EE.UU) o de la Cámara de Comercio de Lima. Es cierto, también, que muchos de los nuevos «árbitros» son «cachimbos», por decirlo delicadamente, y aún tienen mucho por aprender.

    Lo que nos lleva a otro tema, tal vez alejado del propósito inicial de este comentario, pero no por ello menos importante. Otra de las verdades de nuestra administración de justicia es que está conformada por lo que llamamos «Jueces de carrera». No es sorpresa ver jueces jóvenes, muchos de ellos formados exclusivamente dentro del ejercicio de la magistratura. Empiezan como asistentes legales, secretarios, especialistas, toman una prueba y listo: son jueces. Naturalmente, estoy exagerando el proceso y tal vez simplificándolo más de lo que debería. Pero esa es la percepción general que estoy seguro aquéllos jueces de carrera no comparten. En mi opinión, un profesional del derecho no debería ser juez a menos que haya ejercido como abogado litigante, especialmente en el área en la que desea ejercer la magistratura, por lo menos durante 20 años. Claro que si. Muchos pensarán «¡Uy! ¿Tanto?» Mi respuesta: no sería suficiente. El problema es encontrar a profesionales del derecho con verdadera vocación de administración de justicia. Yo, personalmente, no tengo esa vocación; y no de manera caprichosa. Tengo apenas 16 años ejerciendo y no todos como litigante. No me considero un candidato ideal para ser juez, obviamente dentro de los parámetros que yo he trazado. Pero veo otros que si están calificados (tal vez sobre calificados), pero su vocación se ve claramente en las obras que publican, en las opiniones que vierten en los medios de comunicación, pero más importante en la enseñanza que vierten en los alumnos de derecho. Si alguno de ellos está leyendo este comentario, saben perfectamente a quiénes me refiero.

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